miércoles, 17 de diciembre de 2014

Seamos punteros en formación y seremos más

Estoy recopilando información sobre Extremadura y en una primera batida por internet he seleccionado un centenar largo de páginas que he enlazado a una especie de guía web que poco a poco haré crecer. Haciendo esa guía me he dado cuenta de lo mucho que tenemos, y solo esa mala costumbre del "aquí también" lleva a algunos al absurdo de pensar que algo que está a tan solo unos kilómetros de donde viven, les falta. Sucede que a veces añoramos cosas que ya tenemos y otras veces queremos cosas que no necesitamos de tal modo que, cuando las conseguimos, resulta que las abandonamos.

¡Tenemos tanto! y sin embargo ¡Somos tan pocos! que me gustaría mucho que fuéramos capaces de poder llamar la atención de muchas personas con la ilusión de que algunas eligieran Extremadura para hacer eso que yo llamo feliz prender. En eso, como en todo, debemos mejorar porque nos hemos especializado en llamar la atención para que las personas nos visiten y sin embargo se echa en falta el llamar la atención para que las personas y o sus intereses nos quieran y se queden, y si lo primero es importante, lo segundo es primordial.

Pero mucho me temo que conseguir eso ni es fácil, ni es rápido, ni es una mera cuestión de marketing.

Si tuviera que diseñar una estrategia para conseguir ese objetivo, desde luego no faltaría en ella el ingrediente de la formación. Extremadura es, en si misma, un aula dotada con grandes recursos naturales y también con todo tipo de recursos materiales y está demostrado que adquirir conocimiento atrae y que, además, genera vínculos.

Para ello hay que hacer interesante la Región para quienes atesoran experiencia y conocimiento, sean de donde sean, y también hacerla interesante para quienes quieren adquirir ese conocimiento, vengan de donde vengan.

Seamos punteros en formación y seremos más.





Garboó Riocía&García Rioboó






















     

lunes, 17 de noviembre de 2014

El Notario comprometido.

¿Por qué no hacer de la constitución de una empresa un acto un poco más especial, un día para recordar?  Aunque solo sea por todo lo que hay que pasar hasta poner en pie una empresa, que si la idea, que si el plan, que si los gafes, que si el dinero, que si los socios... resulta que llega uno de los momentos más intensos para un emprendedor y todo se despacha con una anodina firma en la Notaría ¿Acaso no merece mejor recibimiento una criatura llamada a generar actividad económica y empleo?

Sería bonito celebrar el acto de constitución de una sociedad y darle relevancia con una ceremonia a la que asistirían  lógicamente los padres de la criatura, es decir, los empresarios en ciernes, quienes, con gratitud y reconocimiento podrían compartir su alegría con aquellas personas que hubieran contribuido de alguna manera "al nacimiento " de la nueva sociedad: El agente de promoción y desarrollo, el mentor, el consultor de innovación, el de nuevas tecnologías, el de marketing, el de finanzas, el coach, el director de la sucursal del banco, que se sentaría junto con los avalistas, el gestor, el primo de uno de los socios que diseñó el logo, los padres de los socios y familia más próxima...

Yo animaría a los notarios, sobre todo a los que se lamentan de la imagen estereotipada que de ellos y de las Notarías tiene la sociedad y también de lo poco que hacen como colectivo para cambiar esa imagen, a que  pensasen sobre este extremo y que propiciasen esta celebración y se sumaran a ella porque, ¿Por qué no aprovechar la ocasión para, con lo mucho que saben y por experiencia conocen los notarios, ayudar con sus recomendaciones y consejos a los emprendedores, sobre todo si éstos son primerizos y justo en el momento de convertirse en empresarios?


Quedamos el contenido y el discurrir de la ceremonia al seguro mejor criterio de los notarios y de las notarias. Solo sugerimos que al final de la misma, culminada la constitución, nacida la sociedad al Derecho, una vez bautizada la criatura y convencidos, reafirmados y persuadidos los emprendedores, ya propietarios, bien podrían estirarse los padrinos e invitar a los asistentes con unos bombones,o a un...Un momento, un momento, ya sabía yo que algo se nos olvidaba, ¿Cómo van a invitar a algo los padrinos si nos hemos olvidado de ellos? ¡Nos hemos olvidado ni más ni menos que de los padrinos! pero ¿Quiénes son los padrinos de una nueva sociedad? ¿Quienes son los llamados a velar porque ésta sea regida con comportamientos éticos desde el principio?

Tenemos un problema.



Garboó Riocía & García Rioboó


(Pildorilla notarial para emprendedores primerizos).


Admirados emprendedores:

En unos minutos os convertiréis en co-propietarios de una sociedad mercantil. Culmina así una etapa que empezó con una idea que habéis sabido convertir en proyecto empresarial. ¡Enhorabuena!

Ya conocéis lo complicado que resulta llegar hasta aquí y es bueno que sepáis que no es difícil tropezar a partir de aquí. Si estamos de acuerdo en que el nacimiento de una empresa es un motivo de alegría y de celebración y eso lo consideramos un éxito, estaremos de acuerdo que liquidar y disolver una empresa debe ser considerado como un fracaso.  

El fracaso, en el caso de producirse, os afectará a vosotros, pero no solo a vosotros, también afectará, a la Sociedad.  Esto es así porque los emprendedores, además de crear vuestro propio empleo, podéis crear el de otras muchas personas y ambas cosas se frustran si el proyecto no prospera. ¿Os dais cuenta de lo importante que es que no fracaséis? 

Podéis contribuir mucho a solucionar nuestro gran problema, ese drama del desempleo. Aceptad esta responsabilidad como un reto y si la empresa cae que no sea por vuestra culpa, pues nada hay peor que una empresa, que siendo perfectamente viable,  no prospere por falta de preparación,  de compromiso,  o por desavenencias de los socios. A las empresas que les sucede eso las podemos considerar empresas lamento y debemos tratar de descartar que la vuestra sea una de ellas. 

Quienes os han acompañado hasta ahora se habrán esmerado en evitar que eso suceda. A ellos les pregunto: ¿Han hecho un buen trabajo como emprendedores? ¿Están preparados para ser empresarios? ¿Están comprometidos con el proyecto?

Y ahora a vosotros emprendedores os pregunto: ¿Estáis preparados?¿Sabréis comportaros como buenos empresarios? ¿Estáis comprometidos con el proyecto? ¿Sabréis cumplir vuestros compromisos?¿Sabréis comportaros como buenos socios? 

Puesto que os consideráis preparados y vuestra decisión es constituir una sociedad vamos a proceder a ello, pero aún antes tres cosas importantes quisiera deciros: 

No abandonéis nunca la inquietud por formaros, pues el conocimiento contribuye a que el emprendimiento sea más eficaz y más eficiente; No olvidéis ayudar a aquellos que como vosotros buscan cumplir su sueño y, sobre todo, no renunciéis nunca a hacer el bien mientras hacéis las cosas bien.

Os deseo mucha suerte.


...


El modelo de negocio de una Notaría, si se nos permite llamarlo así, es tan simple y está aparentemente tan poco expuesto, que invita al notario a centrarse casi exclusivamente en mantener actualizado su conocimiento, lo cual, por otra parte, es lo esencial y lo que le permite prestar el buen servicio que corroboran las encuestas del Consejo del Notariado.

Pero nada impide a un notario o a una notaria, que por cierto, cada vez hay más, tener iniciativa y conseguir que su Notaría sea diferente. Si se animaran a hacer esto, los notarios ayudarían a los emprendedores y se ayudarían ellos. A esos notarios y notarias lanzo el guante para que en sus Notarías además de dar fe pública contribuyan a afianzar el emprendimiento.
     

jueves, 30 de octubre de 2014

Yo para ser feliz quiero un camión

El camión es un vehículo espectacular al que el coche realmente solo supera en velocidad. El camión es el más versátil de los vehículos, es un auténtico transformer. Pide un deseo a un buen carrocero y te será concedido.

A mi me haría muy feliz tener un camión especial para hacer grandes safaris fotográficos en Extremadura. 

Mi camión recogería a nuestros huéspedes a pie de pista de aterrizaje  y, a partir de ahí, sin cambiar de transporte, más por tierra que por asfalto, grandes profesionales les harían pasar unos días inolvidables conviviendo con la naturaleza en Extremadura.

Emprendedores, muchas personas ya saben que las aves nos han elegido para vivir y,  atraídas por su belleza, vienen cada vez más a nuestra Región para observarlas y fotografiarlas. En torno a un camión se pueden iniciar actividades empresariales cuyo objeto nada tiene que ver con el transporte. En nuestro caso, el camión,  más que un medio de transporte, es el auténtico motor de una empresa. Pensad en ello.  

¿Cuántas veces has montado en un camión?  ¿Te gustaría viajar en un camión especial? Quizá en Extremadura puedas hacerlo si a algún emprendedor le pasa lo que a Loquillo y para ser feliz quiera un camión.




Garboó Riocía & García Rioboó



Carrocero este es un camión como el que yo quiero





 










viernes, 24 de octubre de 2014

Emprendedores solidarios


Hace muchos años alguien propuso a alguien importante instalar un gran parque para producir energía eléctrica de origen solar.

Los beneficios obtenidos por un 25% de  la superficie de placas solares que fueran instaladas se destinarían a financiar nuevas instalaciones de placas a las que simbólicamente se le irían poniendo nombres de países donde "no calienta bien el sol" 

Entonces, los rendimientos obtenidos por esas nuevas placas se emplearían íntegros a llevar un poco de calor a esos países.

La reflexión que acompañaba al proyecto es que si algo hay injusto en esta vida es que sol no nos caliente a todos. 

El proyecto se llamaba SOLidario y nunca se convirtió en realidad.

Quizá dio vértigo, quizá nos deslumbraba el sol.

Necesitamos emprendedores solidarios. 




Garboó Riocía & García Rioboó

domingo, 8 de junio de 2014

Meterse en un jardín

La Abadía es el primer nombre que aparece en el listado alfabético de municipios de Extremadura. A La Abadía le siguen Abertura, Acebo, Acehuche, Aceituna, Aceitunilla... Yo creía conocer bien donde vivo y resulta que no conozco realmente ni uno solo de esos seis primeros municipios que he nombrado. Me siento mal, porque vivo en Extremadura y me temo que una buena parte de ella me resulta ajena y me siento doblemente mal porque aconsejo emprender en Extremadura y realmente no la conozco ¿Nos pasará a muchos?

Decidí que poco a poco iría limando mi ignorancia y, siguiendo el recurrente orden alfabético, empecé por Abadía, el municipio cacereño que situado en la maravillosa comarca del río Ambroz, ocupa el primer lugar de la lista. Busco en la Abadía algo interesante que decirles a los emprendedores.

Tras perder el tiempo leyendo muchos "corta pegas" y seguir encontrando información para los turistas, navegando, navegando, encontré, por fin lo que yo buscaba, información para los emprendedores, en un artículo titulado La Abadía de Cáceres: espejo literario de un jardín. cuyo autor es Pedro Navascués Palacio. El artículo es magnífico y el título enseguida se entiende. (Puede leerse en el anuario de 1993 de Historia del Arte de la UAM )

Entre los más bellos y refinados jardines que hayan existido jamás en España se encuentra el que Don Fernando Álvarez de Toledo, III Duque de Alba, levantara en Abadía, en la segunda mitad del siglo XVI. Su riqueza competía con la de los jardines reales de Felipe II y su arte rivalizaba con cuanto entonces se hacía en Flandes e Italia. 


Según Navascués, esta afirmación, pero en lenguaje poético, está contenida en este perdido verso de Bartolomé de Villalva, que visitó Abadía en 1577

El que viniere a ver esta Abadia, 
a este jardín y huerto esclarecido, 
para notar y ver bien su valía, 
muy necesario es que haya corrido 
lo que nuestro Felipe poseía, 
y los que en Flandes más han florecido; 
de Italia ha de tener mucha noticia 
para su ser preciar, gala y pulicía 

Lope de Vega, en la que hubiera sido una deliciosa Guía Repsol del siglo de Oro de la literatura española, nos ayuda a localizar este privilegiado lugar y nos pone en antecedentes de que lo que allí hubo no es cosa menor y que el jardín no estaba solo.

Abadía yace donde comienza Extremadura; 
al pie del monte que divide España, 
un hermoso jardín, que en hermosura 
los pensiles hibleos acompaña; 
de las nevadas sierras de Segura 
el rio Serracinos baja, 
y baña los cimientos del muro, y las almenas 
miran por sus cristales las arenas 

En efecto, el jardín formaba parte de un conjunto con un palacio, antes abadía y fortaleza de templarios, que fue residencia ocasional del propio Duque de Alba y lugar de descanso Real probado desde los Reyes Católicos a Felipe II.

Sin embargo el fabuloso jardín, nacido en un paraíso natural, monumento nacional desde 1931, y que por distintos motivos fue conocido por Villalba, Lope de Vega, pero también por Juan Boscán y Garcilaso de la Vega, está en gran parte perdido. Pero la historia no acaba ahí, pues en Abadía, hay además un convento maltrecho que perteneció a la orden franciscana. Se trata del convento de la Bien Parada, bien de interés cultural que espera turno para ser rehabilitado.


Llama la atención el patrimonio de La Abadía y también el lamento y el pesar por lo mucho que de ese patrimonio se ha perdido. Esto es comprensible pero también entraña riesgo, pues la pérdida será mayor, cuando una reacción como el lamento, se convierte en una actitud, pues entonces embarga, y si tal ocurre, no solo se consumará la pérdida del patrimonio sino que también la de su historia, y siendo grave lo primero, imperdonable es lo segundo, porque como ya sabemos La Abadía rezuma historia y un lugar con historia es un lugar lleno de oportunidades.

Ya hace siglos que así lo entendieron Villalba y Lope de Vega  pues para el primero aquello era pronóstico de mucha jardinería, y para el segundo el jardín permitía especies que Castilla no admitía 

Igual que en el invierno y en el verano
crece el naranjo con su fruto de oro
y cuando el monte más nevado y cano,
mejor se precia de su igual tesoro;

En otro post seguiremos ayudando a descubrir esas oportunidades pues algo tiene que tener Abadía que le lleve a ser la primera.




Garboó Riocía & García Rioboó


viernes, 9 de mayo de 2014

Poner el alma

Ando apurado tratando de echar un cable a una asociación protectora que necesita construir un albergue en el que poder recoger los perros abandonados. Como siempre hago para elaborar un plan de empresa,  fabrico un modelo económico en excel que me permite ir simulando el efecto económico de las distintas alternativas que voy analizando. Es lo que yo llamo pensar en excel. (Pensar en excel) Algo imprescindible, pienso yo, pero insuficiente para hacer bien un plan de empresa. 

Mientras busco y rebusco en el disco duro un archivo de unos cálculos que hace mucho tiempo hice para una residencia canina que me ilusionaba abrir,  estoy pensando en el alma del plan de empresa para el albergue y creo que lo encontré. Me ayudó a ello buscar en internet el origen de la frase  el perro es el mejor amigo del hombre. La información que encontré me encantó y me emocionó. Os adjunto un trocito del texto y el enlace a la historia completa. 

"El único, absoluto y mejor amigo que tiene el hombre en este mundo egoísta, el único que no lo va a traicionar o negar, es su perro. El perro de un hombre está a su lado en la prosperidad y en la pobreza, en la salud y en la enfermedad. Dormirá en el frío piso donde sopla el viento y cae la nieve, sólo para estar junto a su amo. Besará la mano que no tenga comida para ofrecerle, lamerá las heridas y amarguras que produce el enfrentamiento con el áspero mundo. Si la desgracia deja a su amo sin hogar y amigos, el confiado perro solo pide el privilegio de acompañar a su amo para defenderlo contra todos sus enemigos. 

Y cuando llega el último acto, y la muerte hace su aparición y el cuerpo es enterrado en la fría tierra, no importa que todos los amigos hayan partido. Allí junto a la tumba, se quedará el noble animal, su cabeza entre sus patas, los ojos tristes pero abiertos y alertas, noble y sincero, más allá de la muerte”.

Alegato de George Graham Vest en el juicio por el sacrificio del perro Old Drum. Enlace a esta historia  


Conocer esta historia me permitió encontrar el alma del proyecto de la protectora. Lo he plasmado así:

Todos y cada uno de los días de su larga vida, sin una sola excepción, festejaba con tremenda alegría nuestro no siempre buen despertar, y todos y cada uno de esos días, al regresar a nuestra casa, pues nos estaba esperando, nos recibía con una alegría y un cariño que quien no haya querido a un perro difícilmente podrá imaginar.


Quien abandona a un perro pierde los miles de momentos de cariño y alegría que éste le reservaba. Esa es su mayor torpeza. 

Evitar que se pierda todo ese cariño y toda esa alegría, que tanta falta nos hacen, es el objetivo por el que la asociación quiere construir un albergue.

Espero que sirva. A mi me salió del alma.

¡Hola Waldo!




Óscar  


lunes, 28 de abril de 2014

Compras en comunidad... de vecinos

Allá por los setenta, viviendo en Santiago del Campo, mi pueblo después de mi pueblo, recuerdo, a pesar de ser yo muy niño, al dulcero de Talaván. Era un hombre agradable que portaba dos voluminosos cestos de mimbre, en cuyo interior, cubiertos con inmaculados paños blancos, se encontraban los riquísimos dulces que le garantizaban, me imagino, ser siempre bien recibido en todas las casas que incluía en su dulce periplo. En nuestro caso, aquellas delicias venían a interrumpir la secuencia de desayunos a base de Cola Cao y galletas Cuétara que en envase de 2.5 kilogramos se estilaban por mi casa. Sí, has leído bien, envases de 2.5 kg de galletas.

Su aparición por la puerta del jardín de nuestra casa era alertada con un sonoro ¡El dulcero de Talaván! ¡Mamá ha venido el dulcero de Talaván! El grito provocaba la reunión en el recibidor de la casa, justo el sitio donde iba a tener lugar la dulce transacción. Allí acudíamos en cuestión de segundos  para asegurarnos que a mi madre no se le olvidaba comprar la especialidad preferida por cada uno de nosotros.El dulcero, rodeado y observado, descansaba los cestos sobre unas sillas que alineadas con la pared del recibidor, quedaban a su derecha. Parsimonioso, retiraba uno de aquellos paños blancos que cubrían los dulces, tomaba unas pinzas, y una a una, cuidadoso, cogía las pastas que le iba indicando mi madre y las depositaba, componiendo la presentación, en la generosa bandeja que con diligencia alguno de nosotros había traído desde la cocina. No había terminado el dulcero de hacer recuento y de sumar para hacer la cuenta, cuando ya había que reponer las bajas de un primer ataque a la repleta bandeja. Así terminaban aquellas visitas que repetía el dulcero, de cuando en cuando, pero siempre en sábado por la mañana. Curioso.

Cuarenta y tantos años después es probable que alguien, no sé, quizá un nieto emprendedor, haya continuado el trabajo de aquel hombre. Si así fuera, también es probable que seducido por la tecnología, haya hecho "navegable" la Dulcería de Talaván, que probablemente ya no estaría en Talaván, y sus afamados y riquísimos dulces se pudieran adquirir en la web del establecimiento y ser recibidos a la hora convenida en el propio domicilio del comprador o en el de un tercero al que querer obsequiar. ¡Brillante! ¿Verdad?

Yo tengo mis dudas de que sea así. Más bien creo que el nieto haría bien en fijarse en el abuelo, en lo qué era, en lo que hacía y en cómo lo hacía y, a poco que lo haga,  se dará cuenta que aunque diga que continúa el negocio del abuelo, la realidad es que no se dedica a lo mismo, pues no es lo mismo vender a domicilio que repartir a domicilio. Digamos que el abuelo se dedicaba a lo primero y por eso estaba pendiente del producto y del cliente y el nieto se dedicará más a lo segundo, y por eso de lo que estará más pendiente es del reloj. Si se entiende bien esto, entonces se entenderá por qué el dulcero visitaba nuestra casa y por qué lo hacía siempre los sábados. Para aquel hombre, mi familia era un cliente importante, pues eramos ya ocho hermanos a los que sumar algunos primos, y todos en edad de crecer. Yendo los sábados, el dulcero, pese a que nadie le había llamado, no solo garantizaba su venta sino que también lograba que fuera mayor, pues presumía que allí y no en el colegio, como el resto de la semana, estábamos nosotros. Un repartidor puede ir cientos de veces a una casa y nunca se interesará por la puerta de al lado para ofrecer a un tercero sus servicios o productos. Que desperdicio.

Creo que el innovador nieto puede incurrir en un error que es muy común, al entender que hay que facilitar la compra al cliente hasta el infinito, sin tener en cuenta que facilitar lo que de por sí es fácil equivale a complicar. En este caso el afán del nieto complicará la gestión del modelo al añadir una prestación compleja y no exenta de riesgo como es el reparto, también complicará la salida del producto pues añade costes que deberá repercutir en su precio y, sobre todo, y en contra de lo que cree, complicará al cliente, que mientras espera su pedido tiene que estar pendiente del repartidor.

Y todo esto ¿Para qué? ¿A alguien le cuesta sobremanera ir a comprar dulces?  ¿Se compran los dulces normalmente a diario? ¿Pesan mucho los dulces? Si estas preguntas se responden con un "no" habrá que empezar a pensar que el reparto exclusivo de pasteles y dulces a domicilio no parece una gran idea o al menos, no parece que vaya a ser un servicio muy valorado por los clientes, y sin embargo puede serlo. Yo al menos, creo que hay una buena oportunidad para que así sea, pero conseguirlo es ciertamente difícil y arriesgado.

A partir de aquí quiero imaginar al dulcero de Talaván haciendo mentoring con su nieto tratando de ayudarle a salir del entuerto.

Nieto. ¿Cómo lo harías tú?

Dulcero. Haz buenos dulces pero la puerta te la abrirá el buen pan.

Nieto. ¿Y los clientes?

Dulcero. Son, los que eran, las familias numerosas.

Nieto. Pero ¡si no las hay!

Dulcero. Claro que las hay, solo que ahora para formar una hay que unir a varias y tratarlas y conseguir que se comporten como una sola.

Nieto. No entiendo nada.

Dulcero. ¿Dónde vives tú? En un piso ¿ verdad ? ¿Y estás sólo o vives en una comunidad?

Nieto. Ahora lo entiendo, pero ¿Cómo consigo que se comporten los vecinos como una familia numerosa?

Dulcero. Como lo hacía yo, primero vendiendo y luego ya será cuestión de suministrar. No hagas planes para los sábados, tienes mucho trabajo. Ah, y recuerda, que nunca tu cliente tenga que estar pendiente de ti.

Nieto. Y eso, ¿Cómo se resuelve?

Dulcero. Como siempre. Pensando bien las cosas antes de hacerlas.

Nieto. Lo que sabes abuelo.



(La combinación inteligente de productos, incluso dispares,  y por que no de servicios, incluso dispares,  pero siempre que todos sean compatibles y congruentes entre sí, permitirán a los vecinos de una comunidad encontrar los motivos que les lleven a considerar los servicios a domicilio como un valor añadido y encontrar un interés común que les inducirá a realizar compras de manera uniforme y coordinadas)




Garboó Riocía & García Rioboó





  

   



domingo, 6 de abril de 2014

Mathieu

Emprendedores, lo que son emprendedores, hay pocos pero no porque sea complicado ser emprendedor, sino porque muchos, ni siquiera se lo plantean, pues creen, quizá erróneamente, que no sabrían o no podrían serlo.  En el otro lado, esto es, en el de apoyar los proyectos de los emprendedores, pasa algo similar, pues hay mucho campo para ello y poca gente que lo haga, pero como decíamos antes, no porque sea complicado participar en proyectos de inversión, sino porque muchas personas, ni siquiera se lo plantean, pues creen, quizá erróneamente, que no sabrían o no podrían hacerlo.

Hay varias causas en torno a esto. Un padre está dispuesto a dejar sus ahorros a un hijo para que emprenda un negocio y salga adelante, pero fuera de esa relación, esa misma persona no se plantea prestar ni todo ni parte de ese dinero a un emprendedor, por muy bueno que sea su proyecto, ni por muy alta que fuera su remuneración. Digamos que se impone aquello de ya tenemos líos suficientes como para buscarnos más.

Nosotros ya hemos dedicado varios post a aconsejar reunirse para hacer pequeñas inversiones en PYMES, y hemos tratado de acompañar nuestros argumentos financieros con otros calificativos. Las inversiones pueden ser divertidas, educativas, gratificantes, amén de atractivas desde el punto de vista económico. Vamos a pasarlo bienPonte de perfilLos nuevos bancos y La pequeña y mediana pensión son algunos de esos post a los que nos referíamos y que sustentan, o así lo pretenden, nuestras opiniones.

Para quienes querrían o son proclives a apoyar iniciativas empresariales, como yo digo, con ilusión y, en su caso, un poco de dinero, esto es, tacita a tacita, el micromecenazgo, crowdfunding, o financiación en masa. puede ser una buena opción. En estos casos la conexión con los proyectos se establece a través de las muy numerosas plataformas de crowdfunding, los blogs, webs y las redes sociales (En el blog encontrarás algún buen enlace)

Bajo esta fórmula, el participante se puede comportar como un donante, de tal modo que su motivación no es financiera, como un prestamista, o como socio, adquiriendo participación en el capital social del proyecto que haya decidido apoyar. En esencia la financiación en masa, se produce cuando un proyecto, que busca financiación, despierta el suficiente interés y confianza en un número amplio e indeterminado de personas, sin vinculación entre si, como para que éstas, decidan apoyarlo económicamente, con o sin contraprestación (según las modalidades), pero siempre sin ánimo de gestión, gobierno o control sobre el referido proyecto.

La dimensión que está adquiriendo la financiación en masa aconseja una regulación normativa, que está en marcha y que, a nuestro juicio, debiera centrarse en prevenir el pufo, antes que en empequeñecer o debilitar esta clara alternativa a la financiación bancaria.  Rigor, seguridad y exigencia de transparencia que, como siempre hemos mantenido es la mejor de las auditorías y lo que mejor sostendría el crowdfunding.

Está claro que me encantaría demostrar que cualquiera de nosotros puede formar parte de la historia de un proyecto empresarial y a eso llegaríamos si fuéramos capaces de iniciar a la sociedad en eso de "empujar" al emprendedor. Para ello es necesario enseñar el cómo hacerlo pero eso no es suficiente para que funcione. Falta algo mucho más importante.

En este punto, me viene a la mente Mathieu, el entrañable músico y vigilante del internado donde transcurre esa maravillosa película titulada Los chicos del coro.

Con inteligencia, con incesante empeño, a pesar de las dificultades, de los obstáculos, de las prohibiciones y hasta de los recelos de los niños, hizo brotar sus voces  y creó lo que a nadie se le ocurriría y donde a nadie se le ocurriría.

¿Por qué lo logró Mathieu? Porque a todo supo darle sentido y todo ese sentido fue capaz de transmitirlo.

Para los niños tenía todo el sentido cantar y también pertenecer al coro pues en el coro encontraron muchas de las cosas que habían perdido.

¿Tiene sentido que en nuestras ciudades empujemos a los emprendedores? ¿Tendrán sentido así nuestras ciudades para los emprendedores?

Si es así, formemos un coro y hagamos brotar las cosas que tienen sentido.

Como dice Mathieu siempre hay cosas que intentar.




Garboó Riocía & García Rioboó





miércoles, 26 de marzo de 2014

¿Qué es la RSE?

A mi, que empieza a fascinarme la responsabilidad social empresarial, me desanima sobre manera el hecho de que se pueda despachar como un reconocimiento certificado, previa auditoría de tercero habilitado para ello. Si es así, esta película ya la hemos visto y se titulaba  Le llamaban Calidad. 

Mi preocupación es que se se aúpe por la vía del certificado a quien no lo merece y termine fundiendo el concepto de RSE. Para que eso no ocurra pido cuidado.

Evidentemente para auditar se pueden establecer indicadores, constatar acciones, verificar registros, realizar encuestas, contrastar pareceres... pero certificar es un verbo muy serio, de tal modo que otorgar a una organización la condición de ser socialmente responsable sin comprobar además que esa organización se rige enteramente por principios éticos de común y general aceptación, puede suponer regalar reputación a quien realmente no la merece. No perdamos de vista que la responsabilidad social es una manifestación de la ética empresarial pero solo eso, una manifestación.

¿Sería posible que algunas entidades financieras, por ejemplo las Cajas de Ahorros que tanto dolor de cabeza y de cartera nos han ocasionado, hubieran obtenido un certificado que las reconoce como empresas socialmente responsable? Sin duda SÍ. ¿Lo han sido? Sin duda NO ¿Es justo equiparar a entidades modélicas como puede ser la Caixa, con modelos de desastre como ha podido ser Caja Castilla la Mancha, o Caja Cataluña?

La alternativa al certificado es la transparencia. Si la empresa es transparente qué necesidad hay de que alguien certifique. Ahí está la contradicción. El premio por conducirse de manera socialmente responsable no es un certificado, es tener el reconocimiento de la sociedad, es decir reputación.

Certificaciones aparte, el problema de la responsabilidad social empresarial es que no se termina de entender bien. Quizá faltan buenos ejemplos o se esté explicando mal, quizá se confundan los fines, o no se esté enfocando de manera adecuada. 

A mi me gusta definir la responsabilidad social empresarial como el buen hacer que se acompaña de hacer el bien.

Quizá así lo entenderemos todos.








Garboó Riocía & García Rioboó




miércoles, 5 de marzo de 2014

El complemento de competitividad



Según nuestro parecer, uno de los pilares de la competitividad de las empresas, quizá el pilar más importante, son los trabajadores comprometidos. Para nosotros un trabajador comprometido es aquel que trabaja con la empresa antes que para la empresa. Esto último es lo exigible mientras que aquello es lo diferenciador y en este caso, en justa correspondencia, la empresa tiene que saber potenciar esa actitud con otra igual. 

Un buen modo de hacerlo es reconocer al trabajador su contribución a la mejora de la competitividad de la empresa a partir de su esfuerzo por mejorar la suya propia. Lo primero lo logrará quien realice su trabajo con sentido corporativo,  lo segundo quien además lo haga con profesionalidad, desempeño, formación, flexibilidad... 

Estos son sólo algunos de los muchos marcadores del compromiso que hacen especialmente valiosos a los trabajadores en quienes concurren, sea cual sea su trabajo y sea cual sea la naturaleza de su empresa. Para ellos, en el post que titulamos los pilares de la competitividad,  tras defender que la misma no es sólo una mera cuestión de costes,  recomendábamos construir un ecosistema confortable. 

Pues bien, si lo que necesitan las empresas, y esto lo necesitan todas, y también las administraciones, es mejorar su competitividad y que ese atributo adquiera la condición de estado  ¿Por qué no crean las empresas y las administraciones un complemento que bien podrían llamar de competitividad? 

Es pura lógica. Tanta, que si algo caracterizaría a ese complemento de competitividad sería el hecho de ser satisfactorio tanto para quien lo paga como para quien lo recibe. 

La relación es directa: Cuantas más personas comprometidas, más complemento y cuanto más complemento, más competitividad.

A mi, de este complemento, me gusta hasta el nombre.






Garboó Riocía & García Rioboó




jueves, 13 de febrero de 2014

Frases al punto

Las frases hechas que se emplean en la gestión empresarial pueden ser muy útiles. Son un modo económico de mostrar prioridades, establecer reglas y fijar criterios, dirigir personas, dar un rodeo, escabullirte...

Todas estas frases deben ser meditadas, muy bien contextualizadas y oportunas, pues pueden ser muy beneficiosas pero también provocar pequeños o no tan pequeños desastres. Por ello, antes de pronunciarse debe tenerse muy claro que quien la reciba sabrá entenderla y para ello es fundamental que quien la emplea, esté legitimado para hacerlo, es decir, su conducta su trayectoria, su modo de dirigir, su posición, tienen que ser congruentes con el sentido y el significado de la frase. 

Tan importante como la frase es la entonación y los gestos que la acompañan. Yo, ocasionalmente me valgo de algunas de esas frases. Cuando alguna me llama la atención la anoto, otras las invento. 

Las historias sin fechas son historietas y los negocios sin números son negocietes.

Esta frase, que escuché a un buen profesor, es una de mis preferidas y la suelo emplear al finalizar las reuniones de trabajo, justo cuando es el momento de asumir los compromisos de llevar a cabo lo acordado. Si consigues que esta frase se instale en las reuniones de los equipos aún no estando tú presente y, sobre todo, que surta efecto, no te puedes imaginar lo mucho que habrás ganado.

También resultará útil para recordar que el número redondo, la fuerza de la imagen, o la brillantez expositiva, sirven para llamar la atención y despertar el interés, pero para decidir una inversión, apoyar un proyecto, hablo de empresa y emprendedores, son siempre necesarios buenos números.

¿Qué te hace pensar que mi decisión será mejor que la tuya?

Esta frase, de cosecha propia, sirve para dar respuesta a quienes con frecuencia se empeñan en explorar la impresión del jefe sobre asuntos que ellos mismos deben y pueden resolver. Esta frase, en principio debe ser muy bien recibida por el destinatario que verá reforzada su confianza e incrementar su autonomía. 

Si decido yo como hacerlo te cobraré por ello. 

Similar a la anterior, pero más peliaguda, es esta otra frase, no exenta de riesgo, que empleo para reforzar a aquellas personas en las que confío, que saben volar, pero que les cuesta mucho hacerlo solas. Recomendaría un tono amigable pero firme, un tanto solemne.

La frase en cuestión admite una variante que la hace subir en intensidad, cambia totalmente el sentido y el destinatario.

Si decido yo como hacerlo te cobraré por ello y si encima me equivoco te cobraré el doble


En este caso la frase contiene un reproche y una advertencia y va dirigida a los del "yo hice lo que me dijeron" es decir, a quienes buscan, no tanto el consejo o conocer un parecer, sino más bien un paraguas que les permita guarecerse de la lluvia si se produce el error.

El error, una vez que se produce, es un regalo, pues nos permite mejorar.

Viene muy bien para recordar que esconder los errores es una torpeza mayúscula, que se paga, y, a la inversa, compartirlo para su análisis, denota nobleza e inteligencia. 

Del  error se aprovecha todo

En el mismo sentido que la anterior. 

La mitad y otro tanto


Es una respuesta ideal para eludir preguntas indiscretas del tipo ¿Cuánto ganas? Quien recibe esta respuesta se da cuenta inmediata de su indiscreción o lo inapropiado de su pregunta.

Tienes mucha suerte de que sea tan educado, porque si no lo fuera, ya te habría contestado que a ti que c... te importa.

Esta frase anecdótica, rotunda, demoledora y ácida, se la escuché a alguien que sin dar crédito a lo que oía, respondía así a una impertinente pregunta de un miembro de su equipo. La cara del destinatario era todo un poema.

Cuando la idea se hace empresa, quien al menos durante el primer segundo estuvo solo, será especialmente feliz.

Para el emprendedor.

La mejor almohada es una buena conciencia.

Imprescindible. Se la escuché a un buen sacerdote en una homilía





Garboó Riocía & García Rioboó 











lunes, 3 de febrero de 2014

Toca abrazarse

Estamos a punto de dejar atrás las últimas etapas de recesión pero ¿Estamos a punto para dejar atrás las últimas etapas de recesión? Estamos a punto de entrar en las primeras etapas de crecimiento pero ¿Estamos a punto para entrar en las primeras etapas de crecimiento?

La distancia entre estar a punto de y estar a punto para es muy sustancial. A punto de es sinónimo de incertidumbre y de reversibilidad, significa vivir en una frontera, es estar entre lo que quieres abandonar y lo que que quieres alcanzar,  pero lo suficientemente cerca de ambos lugares como para estar un día en uno de ellos y al día siguiente en el otro sin poder hacer nada para evitarlo. Por contra, estar a punto para significa que tienes grandes posibilidades de alcanzar tus objetivos, quizá no en la inmediatez del corto plazo, que también, pero sí a la larga, pues te has preparado para ello.  

¿Cuántas veces nos habremos preguntado en qué medida se podrían haber evitado algunos de los efectos tan negativos de la crisis si hubiéramos estado preparados para recibirla?  Siendo congruentes, ahora que empezamos a ver la crisis por el retrovisor, es obligado preguntarse qué deberíamos hacer para incorporarnos, para alcanzar, para aprovechar e incluso potenciar los efectos, que se presumen beneficiosos,  de este nuevo período.

Es un grave error dejarse llevar adoptando una actitud pasiva, pues no debemos dar por hecho que la mejora de la situación general nos garantiza el contagio. No está todo hecho, ni mucho menos. Cuidado, que hasta el rabo todo es toro.

¿Qué toca hacer ahora? Algo muy sencillo pero que hacemos muy poco: Abrazarnos. ¿Con quién? ¿Con quiénes?

A mi juicio, el primer abrazo debe ser muy especial y debe reservarse a los más próximos. Lo primero es pensar en las personas que han compartido contigo estos años tan duros. ¿Cómo estás tú y cómo está tu familia? Esta no es una pregunta de trámite, es la pregunta y como tal merece una buena respuesta. En este tema solo me permito ofrecer un consejo: Introduce cambios, te los mereces y seguro que además, los necesitas.  No tienes que demostrar nada a nadie ni a ti mismo pero queda aún mucho por hacer. Si lo deseas, lee cuando puedas el reloj del empresario, un post que escribí hace un tiempo en este blog y sabrás a qué me estoy refiriendo. 

También es justo compartir la esperanza con los trabajadores y los colaboradores y reconocerles el indudable mérito de haber contribuido a sortear una situación tan complicada como la que nos ha tocado vivir estos últimos años. El empresario o el directivo no debe caer en el error de pensar que los trabajadores están en deuda con él por el hecho de haberles mantenido empleados.  Cada uno sabe si en su organización, uno, alguno, varios, muchos, o todos sus empleados, durante estos últimos años no trabajaron para él sino con él.

Las piñas, los equipos cohesionados y comprometidos son quizá el fruto más valioso que las empresas pueden recoger después de una crisis, pero es bueno tener en cuenta que la piña cuando se abre tarda muy poco en oxidarse. Cuida mucho ese fruto y vete por delante despejando también el horizonte de tus trabajadores y colaboradores. Puedes hacerlo con afecto, con gestos, con gratitud... 

Aún hay un tercer grupo de personas que merecen nuestra atención en estos momentos de esperanza. Me refiero a los proveedores que aguantaron el tirón. Sin duda hubo personas que echaron un cable y, pese a las dificultades,respondieron. Esas personas y sus empresas tomaron riesgo al hacerlo y justo es compartir con ellos el nuevo horizonte y reconocer su contribución al éxito de salir adelante. Al igual que los trabajadores, conviene recordar siempre que esos proveedores no trabajaron para ti sino contigo. Haz tú lo propio con ellos. 

¿Qué ocurre con los clientes? ¿Qué hay qué hacer con los clientes? Es seguro que estarás deseando recuperar tu facturación y tu margen ¡Que tentación!  Mi recomendación es que lo hagas ganando clientes, cuida el precio, retrasa la inflación  y añade valor. Si tu estrategia es subir precio ¡Cuidado! porque el cliente, durante estos años, ha cambiado mucho, muchísimo diría yo. 

Además de abrazar, tendrás que hacer otras muchas cosas para estar a punto para salir de la crisis, son tantas que habrá que dedicar algún post más a este apasionante tema. Sin embargo hay una de esas cosas que no me resisto a aplazar para entonces y que quizá ya estés echando en falta:

¿Qué ocurre con los bancos? ¿Qué hay que hacer con los bancos? Yo creo que nada, absolutamente nada, porque en buena lógica son ellos quienes pasarán a verte. Tiempo al tiempo.
Ten más cuidado, esta vez, con sus abrazos.





Garboó Riocía & García Rioboó























martes, 28 de enero de 2014

La pequeña y mediana pensión.

Si hay algo que me aburre soberanamente es ordenar los papeles, una tarea que trato de demorar con la excusa de que al crecer el montón de cartas y facturas crece la información que obtengo y eso me permite tomar mejores decisiones.Y algo de cierto hay en eso, porque, por ejemplo, gracias a la acumulación documental, he podido comprobar que el cambio de banco que realicé hace unos años, me ha permitido ahorrar una importante cantidad en comisiones. Ahora, no solo no pago comisiones sino que ingreso una pequeña cantidad de dinero gracias a la remuneración que obtengo por la domiciliación de mis recibos principales.

A pesar de todo lo dicho, debo reconocer que, en el fondo, es la pereza la que hace que el montón de papeles crezca, hasta molestar lo suficiente como para recibir sutiles y sucesivos avisos de la presidencia del hogar ¿Quieres que te los ordene yo?

Estimulado por el aviso presidencial, he cogido el generoso taco de sobres y cartas que escondían debajo una mesa y los he ido distribuyendo en montoncitos con los que finalmente cubrí un sofá. La técnica que empleo es la de ir de la mesa al sofá agrupando documentos por su naturaleza. Como es fácilmente deducible la categoría más voluminosa es la de sablazos varios, que por tal motivo, requiere una subclasificación documental.

Entre los muchos papeles que ordené, encontré una vida laboral de fecha reciente que sirvió para recordarme lo afortunado que soy, pues no he parado de trabajar desde que comencé a hacerlo, hace ya más de veinte años. Al tener el documento en mis manos me acordé que hace aproximadamente seis años, coincidiendo con eso de los cuarenta, decidí hacerme un plan de pensiones que gestioné con un buen amigo mientras nos tomábamos un café en la terraza de un bar en Cáceres.

Fue un buen café para ambos.

Mi amigo, a las pocas semanas de aquello, fue nombrado Director Gerente de una nueva compañía de servicios en la que desde entonces demuestra su valía. Él es un gran profesional, una persona honesta a carta cabal, bien formado, serio y responsable y con su trabajo y el de un gran equipo que le acompaña, su empresa incrementó año tras año su cifra de negocio, cerrando los últimos cinco ejercicios con beneficios, modestos, pero con beneficios, al fin y al cabo. Cuando mi amigo analice su trayectoria se dará cuenta de lo meritorio de su gestión, pues su compañía nació en plena dificultad y está ganando el pulso a la crisis a base del esfuerzo, trabajo y dedicación de un equipo que merece ser felicitado.

Yo también saqué buen fruto de aquel café pues hice una buena elección. Tomé mi decisión animado por la confianza que tenía en las personas que iban a gestionar mi ahorro. Poner tu dinero, con lo que cuesta ahorrarlo, y un poco de tu bienestar futuro, en manos de terceros, solo es posible si hay esa confianza y esa transparencia a la que me refiero. Pues bien, mi plan es rico en confianza y la información, plena, veraz y transparente.

Mi plan corre paralelo al de mi amigo, de hecho su plan y mi plan son el mismo. Mi amigo es el Director Gerente de la empresa nacida en plena crisis, con la que ambos nos hicimos emprendedores. La confianza le permitió a él decidir su futuro, a mi adornar un poquito mi pensión y a ambos disfrutar por lo conseguido.

Este sábado quedamos en el mismo lugar que hace seis años y con satisfacción constaté nuevamente su ilusión.

- Todo va bien, seguimos cubriendo etapas y tenemos nuevos planes.

¿Y mi pensión?  Pregunté.

Risas. Aún eres joven, pero no te preocupes, porque en 2014 repartiremos el primer dividendo de nuestra joven compañía.

Aunque el tiempo vuela, fue un buen café para ambos. 




Garboó Riocía & García Rioboó


Invertir en una pequeña y mediana empresa puede ser el complemento ideal para quienes esperan una pequeña o mediana pensión.











miércoles, 22 de enero de 2014

Lleno, por favor

No hace mucho coincidí con un buen amigo que trabaja en una empresa en la que ya acumula trienios y al preguntarle un poco por todo, me respondió con una frase que es probable hayáis escuchado alguna vez: Me paso el día apagando fuegos. 

Mi amigo, entre cuyas virtudes está la de la paciencia infinita, está muy bien considerado en su empresa precisamente por su capacidad para apagar fuegos. Yo, lógicamente, me alegro mucho por él,  pero no le envidio, porque cuando en una empresa tiene que haber alguien apagando día tras día el mismo fuego y permanecer permanentemente de guardia, se pone de manifiesto que hay combustible suelto y que las cosas no funcionan del todo bien. Siendo valioso, muy valioso, lo que hace este buen amigo, cuanto más lo sería, si en vez de tener que dedicarse a apagar fuegos, pudiera dedicarse a prevenirlos, que es lo suyo.

Algunos de esos problemas que habría que intentar prevenir son los que surgen de la gestión del desempleo. Llevo varias semanas leyendo sobre esta apasionante materia, reflexionando y preguntándome dónde estará la tecla que hay que tocar para alumbrar las soluciones que mejoren un sistema al que se dedican todos los años varios miles de millones de euros. Cuando un problema se percibe complejo,  hay tendencia a conformarse con convivir con él, pero eso si, hay que hacerlo con las aspirinas siempre a mano. A veces ocurre que lo que impone no es precisamente el problema sino la solución. en cualquier caso el efecto es el mismo: Gana el problema.

Yo no creo que haya que rendirse ante los problemas, sobre todo porque todos tienen su punto débil. Hay ocasiones en las que hasta con el más imponente de ellos basta emplear la lógica para abrirle una vía y entonces, ¡ZAS! así, sin anestesia, arrearle un castañazo en todo lo alto. Yo así, a bote pronto, en materia de desempleo, tengo la impresión de que algunos de los graves problemas del sistema se podrían intentar solucionar introduciendo estímulos contundentes destinados a favorecer una comunión de intereses en  torno al empleo y no al desempleo. Explicaré esto con un ejemplo.

Imaginemos que la prestación por desempleo se contuviera en el depósito de un coche cuya reserva requiere 10 litros de combustible y su llenado total otros 40 litros. Cuando empezamos a trabajar, ese depósito lo encontramos vacío y el llenarlo requiere de las aportaciones que hacen empleador y empleado en el seno de un proceso de cotización, en el que aportan mes a mes las cantidades que resultan de aplicar un 6% y un 1.5% aproximadamente de la base de cotización. Puesto que el vehículo puede ser necesitado en cualquier momento, sería razonable procurar que se hiciera el esfuerzo de completar el nivel de reserva lo antes posible y, a partir de ahí, ya con menos urgencia, continuar el llenado ¿Qué ocurre cuándo hay que circular con el coche? Evidentemente se consume el combustible y ocurrirá que los últimos litros en consumirse son los que primero fueron repostados, es decir, los de la reserva.

Técnicamente, llenar el depósito con rapidez y prontitud hasta completar el nivel de reserva y, a partir de ahí continuar haciéndolo más pausado, se conseguiría simplemente sustituyendo el actual régimen de cotización lineal que realizan empleador y empleado, por otro en el que la cotización fuera regresiva. Es decir, bastaría aplicar un tipo de cotización ordinario primero y uno bonificado después. El primero se emplearía siempre que haya que cubrir la reserva y el segundo mientras se esté por encima de ese nivel.

La bonificación se extenderá a todos los que participan del llenado del depósito, es decir empleado y empleador, entre los cuales se genera lo que estamos buscando: Una comunión de intereses sobre el mantenimiento del empleo y será así porque a ambos, empleador y empleado, conviene mantener estable y continuada la relación laboral, pues en otro caso perderían la bonificación. Ésta, además, acompañará al trabajador aún cuando cambie de empleo siempre, eso si, que circule con la reserva de su depósito cubierta.

¿Qué ocurre en caso de contingencia de desempleo? Supongamos que nuestro coche consume 10 litros al mes y se nos reconocen cinco meses de autonomía. En ese caso, el depósito, si es necesario, será rellenado por el Estado con un máximo de 40 litros. Es decir, todo salvo los 10 litros de la reserva que, como hemos dicho, se consumen al final, o no, si el ahora desempleado se conduce eficientemente hacia un nuevo empleo. Se consigue así otro de los efectos pretendidos, pues el empleado intentará no tener que consumir esa reserva por una mera cuestión de ahorro y porque reponerla, aún no siendo más caro el combustible, le exige, sin embargo, mayor esfuerzo de cotización.

Con una fórmula como la esbozada se podrían introducir mejoras sustanciales con respecto al régimen actual. En cuanto a sus efectos, podemos pensar que favorecería la contratación indefinida, actuaría como elemento disuasorio de los viajes de ida y vuelta del empleo al desempleo, al ser más lo que se pierde que lo que se recibe y la bonificación, que debe ser sustancial, tiene para el trabajador el mismo efecto que una subida salarial, pues no en balde es una disminución de las retenciones.

La excel me anima a pensar que este pequeño terremoto que provocaría modificar el sistema de cotización de la prestación contributiva podría tener recorrido y contribuir a mejorar un problema serio que tiene otra solución infinitamente mejor que esta. Ojalá sea así.

Los grandes problemas requieren soluciones que los machaquen.







Garboó Riocía & García Rioboó




domingo, 19 de enero de 2014

El valor añadido

Si a la pregunta de cuál es el valor añadido de tu empresa respondes con un recurrente, el trato personalizado, debes saber que estás empleando la misma respuesta que emplea un porcentaje muy elevado de las personas a las que se les hace esa misma pregunta.

¿Es valor añadido ofrecer algo que dicen ofrecer todos? A mi juicio, no, como tampoco es ofrecer valor añadido aquello que es ordinario y consustancial a la propia actividad, pero que los "departamentos de exageración" de algunas empresas se empeñan a veces en que lo percibamos como algo extraordinario.

¿Cual es el valor añadido de tu empresa que no sea el trato personalizado? Si te cuesta responder a esa pregunta debes darte cuenta que también te costará responder esta otra: ¿Por qué un cliente va a elegirte a ti  y no a otro para adquirir los bienes y servicios que necesita?

Recuerdo haber recibido la visita del gerente de una empresa que venía a ofrecernos una serie de servicios. Le escuché con detenimiento, como siempre hago  y por él pude saber que su empresa estaba certificada y tenía un montón de sellos que así lo acreditaban. Además conocí que todos sus trabajos cumplen escrupulosamente el marco que establece una Directiva que me citó un par de vece, pero que no sé precisar,  y además que realizan sus tareas sometiéndose a unos rigurosos procedimientos internos. A mí, que trabajo en lo público, me llama la atención que las empresas privadas pagan por tener procedimientos y la administración que los tiene resulta que se ahoga con ellos.

Cuando terminó el discurso, recuerdo que felicité a quien amablemente nos visitaba por los sellos de calidad, las certificaciones y los procedimientos. Aquel hombre se mostraba agradecido y ufano, y seguramente convencido de que sus argumentos habían hecho diana y el encargo estaba próximo.

Sin embargo, era pronto para que eso ocurriera porque, como a continuación le dije, a mi lo que me gustaría saber es en qué y cómo nos podéis ayudar para ser mejores. El caso es que tras un titubeo inicial, salió por peteneras y se puso a hablarme de lo competitivo del precio de sus servicios y de la suerte del momento.

Creo que lo que pasó es que yo buscaba valor añadido y él no lo llevaba en su catálogo o que quizá hablábamos distinto idioma.

Hay valor añadido cuando todo está orientado al cliente ( a la sociedad) y las organizaciones comprometidas vuelcan sus capacidades, con generosidad, a producir las mejores soluciones a las necesidades presentes pero también a encontrar las mejores soluciones a las necesidades futuras (Innovación, investigación, planificación, anticipación)

Hay valor añadido cuando la relación con el cliente se aborda siempre como si fuera duradera, como si fuera a repetirse, aunque no sea el caso.

Para mi, el valor añadido que llevo en catálogo consiste en ofrecer todo a lo que lleguemos, todo lo que descubramos, todo de lo que seamos capaces y hacerlo siempre, incluso, de oficio.

Y ahora, sabes ya ¿Cuál es el valor añadido de tu empresa?  No vale responder con  el trato personalizado.



Garboó Riocía & García Rioboó




viernes, 10 de enero de 2014

Felicidad a prueba de crisis

Quería saludar al 2014 con una serie de post sobre diversos asuntos que tengo en mente, pero algo debe estar provocando interferencias porque el caso es que no consigo alumbrar ni un solo párrafo y,  a poco que me descuide, se me habrá pasado este primer mes del año sin producir una sola letra.

Estaba haciendo un nuevo intento tratando de compartir algo interesante sobre el valor añadido, la gestión del desempleo, volver a empezar, el coworking  o cómo prepararse para esta etapa de cambio... y que si quieres arroz, Catalina. Como no había manera, me asomé a linkedin y allí leí un comentario hecho a renglón de este otro mío:

¿Sabías que los extremeños somos las personas que vivimos más felices de toda España?  Si has de elegir un lugar donde iniciar tu proyecto empresarial hazlo donde no solo tu empresa sea feliz. Tú también.

Mi comentario suscitó otro que me ha motivado para acabar con mi sequía y estrenar el año 2014 con un primer post dedicado a algo tan maravilloso como la felicidad.

No puedo compartir, lo digo con todo el respeto, que la felicidad de las personas se asocie, se ciña, se vincule, o se supedite a la situación económica. Mi felicidad no puede depender del Producto Interior Bruto, la felicidad no tiene nada que ver con la economía. ¿Un desempleado no puede ser feliz porque está desempleado? ¿Si en mi cartera no hay 200 euros no puedo ser feliz? ¿Un africano en Africa no puede ser feliz? ¿Tener empleo garantiza la felicidad? ¿Es más feliz quien tiene un contrato de trabajo indefinido que el que tiene un contrato eventual? Se puede estar angustiado y ser feliz, se puede estar enfermo y ser feliz y se puede estar podrido de dinero y ser infeliz y hasta pobre de solemnidad.

Hay un delicioso portal web en internet que ya he enlazado en mi blog y recomiendo con entusiasmo. De ese portal web he extraído el título de este post "La felicidad a prueba de crisis" pues me parece genial y he extraído además esta reflexión del Profesor Bernabé Tierno, quien al explicar que las crisis forman parte de la vida del hombre, afirma que lo inteligente y práctico es aceptarlas con optimismo y transformarlas en una oportunidad extraordinaria para fortalecernos, enriquecernos y ser más felices en el futuro.

En ese portal, www.institutodelafelicidad.com he aprendido también que el organismo es capaz de segregar la hormona de la felicidad, que la felicidad es contagiosa y que la gente feliz permanece menos tiempo en el paro.

Estoy convencido que Extremadura es un buen lugar para vivir y si lo es para vivir por qué no va a serlo para emprender. 

Esto es lo que hemos llamado ¡Felizprender! Un verbo que se conjuga muy bien en Extremadura.

¡Feliz año 2014!





Garboó Riocía & García Rioboó

¿Se puede ser feliz y que no nos duela la pobreza de otros?