lunes, 17 de noviembre de 2014

El Notario comprometido.

¿Por qué no hacer de la constitución de una empresa un acto un poco más especial, un día para recordar?  Aunque solo sea por todo lo que hay que pasar hasta poner en pie una empresa, que si la idea, que si el plan, que si los gafes, que si el dinero, que si los socios... resulta que llega uno de los momentos más intensos para un emprendedor y todo se despacha con una anodina firma en la Notaría ¿Acaso no merece mejor recibimiento una criatura llamada a generar actividad económica y empleo?

Sería bonito celebrar el acto de constitución de una sociedad y darle relevancia con una ceremonia a la que asistirían  lógicamente los padres de la criatura, es decir, los empresarios en ciernes, quienes, con gratitud y reconocimiento podrían compartir su alegría con aquellas personas que hubieran contribuido de alguna manera "al nacimiento " de la nueva sociedad: El agente de promoción y desarrollo, el mentor, el consultor de innovación, el de nuevas tecnologías, el de marketing, el de finanzas, el coach, el director de la sucursal del banco, que se sentaría junto con los avalistas, el gestor, el primo de uno de los socios que diseñó el logo, los padres de los socios y familia más próxima...

Yo animaría a los notarios, sobre todo a los que se lamentan de la imagen estereotipada que de ellos y de las Notarías tiene la sociedad y también de lo poco que hacen como colectivo para cambiar esa imagen, a que  pensasen sobre este extremo y que propiciasen esta celebración y se sumaran a ella porque, ¿Por qué no aprovechar la ocasión para, con lo mucho que saben y por experiencia conocen los notarios, ayudar con sus recomendaciones y consejos a los emprendedores, sobre todo si éstos son primerizos y justo en el momento de convertirse en empresarios?


Quedamos el contenido y el discurrir de la ceremonia al seguro mejor criterio de los notarios y de las notarias. Solo sugerimos que al final de la misma, culminada la constitución, nacida la sociedad al Derecho, una vez bautizada la criatura y convencidos, reafirmados y persuadidos los emprendedores, ya propietarios, bien podrían estirarse los padrinos e invitar a los asistentes con unos bombones,o a un...Un momento, un momento, ya sabía yo que algo se nos olvidaba, ¿Cómo van a invitar a algo los padrinos si nos hemos olvidado de ellos? ¡Nos hemos olvidado ni más ni menos que de los padrinos! pero ¿Quiénes son los padrinos de una nueva sociedad? ¿Quienes son los llamados a velar porque ésta sea regida con comportamientos éticos desde el principio?

Tenemos un problema.



Garboó Riocía & García Rioboó


(Pildorilla notarial para emprendedores primerizos).


Admirados emprendedores:

En unos minutos os convertiréis en co-propietarios de una sociedad mercantil. Culmina así una etapa que empezó con una idea que habéis sabido convertir en proyecto empresarial. ¡Enhorabuena!

Ya conocéis lo complicado que resulta llegar hasta aquí y es bueno que sepáis que no es difícil tropezar a partir de aquí. Si estamos de acuerdo en que el nacimiento de una empresa es un motivo de alegría y de celebración y eso lo consideramos un éxito, estaremos de acuerdo que liquidar y disolver una empresa debe ser considerado como un fracaso.  

El fracaso, en el caso de producirse, os afectará a vosotros, pero no solo a vosotros, también afectará, a la Sociedad.  Esto es así porque los emprendedores, además de crear vuestro propio empleo, podéis crear el de otras muchas personas y ambas cosas se frustran si el proyecto no prospera. ¿Os dais cuenta de lo importante que es que no fracaséis? 

Podéis contribuir mucho a solucionar nuestro gran problema, ese drama del desempleo. Aceptad esta responsabilidad como un reto y si la empresa cae que no sea por vuestra culpa, pues nada hay peor que una empresa, que siendo perfectamente viable,  no prospere por falta de preparación,  de compromiso,  o por desavenencias de los socios. A las empresas que les sucede eso las podemos considerar empresas lamento y debemos tratar de descartar que la vuestra sea una de ellas. 

Quienes os han acompañado hasta ahora se habrán esmerado en evitar que eso suceda. A ellos les pregunto: ¿Han hecho un buen trabajo como emprendedores? ¿Están preparados para ser empresarios? ¿Están comprometidos con el proyecto?

Y ahora a vosotros emprendedores os pregunto: ¿Estáis preparados?¿Sabréis comportaros como buenos empresarios? ¿Estáis comprometidos con el proyecto? ¿Sabréis cumplir vuestros compromisos?¿Sabréis comportaros como buenos socios? 

Puesto que os consideráis preparados y vuestra decisión es constituir una sociedad vamos a proceder a ello, pero aún antes tres cosas importantes quisiera deciros: 

No abandonéis nunca la inquietud por formaros, pues el conocimiento contribuye a que el emprendimiento sea más eficaz y más eficiente; No olvidéis ayudar a aquellos que como vosotros buscan cumplir su sueño y, sobre todo, no renunciéis nunca a hacer el bien mientras hacéis las cosas bien.

Os deseo mucha suerte.


...


El modelo de negocio de una Notaría, si se nos permite llamarlo así, es tan simple y está aparentemente tan poco expuesto, que invita al notario a centrarse casi exclusivamente en mantener actualizado su conocimiento, lo cual, por otra parte, es lo esencial y lo que le permite prestar el buen servicio que corroboran las encuestas del Consejo del Notariado.

Pero nada impide a un notario o a una notaria, que por cierto, cada vez hay más, tener iniciativa y conseguir que su Notaría sea diferente. Si se animaran a hacer esto, los notarios ayudarían a los emprendedores y se ayudarían ellos. A esos notarios y notarias lanzo el guante para que en sus Notarías además de dar fe pública contribuyan a afianzar el emprendimiento.
     

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