domingo, 20 de octubre de 2013

Cosas de niños

Conozco un niño para el que lavarse los dientes es un juego, pues cada vez que se cepilla los dientes lo hace con una pasta diferente a la que empleó la vez anterior. Para él, cambiar es divertido, experimentar es divertido, descubrir es divertido. Son cosas de niños.

El Cúcara Mácara es una idea muy feliz que ha hecho felices a los varios miles de niños y niñas de Cáceres que celebraron allí su cumpleaños. Han pasado más de veinte años desde que mi hermana Cristina abrió Cúcara Mácara en un local de poco más de 30 metros cuadrados que estaba a un tiro de piedra del Colegio de las Carmelitas.  Con su pequeña inversión, su trabajo, su cariño y sobre todo, su desbordante imaginación, Cris, sin pretenderlo, cambió la forma de celebrar los cumpleaños de los niños y niñas más pequeños de Cáceres.

Habrá quien piense que gestionar un establecimiento de este tipo es poco menos que un juego de niños. Está muy equivocado pues es realmente complejo.  Buena prueba de la complejidad es que en los últimos años proliferaron franquicias de ocio para niños y muchas cerraron  ¿Quién dijo que a los niños les divierte siempre correr? Cris supo imaginar lo que querían los niños y acertó, pudo hacer un patio de recreo para enjambres de niños pero no, no lo hizo, porque en su cabeza había un cuarto de juego con cuentos, historias, teatro, dibujos, canciones, cuadros... Si Cúcara nació en treinta metros cuadrados es porque la imaginación no es cuestión de espacio. 


Cris tuvo el mérito de ser la primera pero también el de conseguir que Cúcara haya cumplido, ni más ni menos que ¡veinte años! y no será, Dios mío, porque lo haya tenido fácil. 


Ese aniversario significa mucho más que los veinte años de actividad, crisis incluida. Lo realmente valioso es que el Cúcara Mácara está recibiendo ya a segundas generaciones de niños. 


Es fantástico que un niño celebre su cumpleaños en el Cúcara, donde lo celebraron dos décadas antes su padre y su madre y más aún, que lo celebre esencialmente igual y que reciba tanto cariño de la misma persona. 


¡Que satisfacción tan grande! ¡Que gran emprendedora! ¡Que suerte han tenido los niños de Cáceres! 


A Cris, le saludan muchos niños por la calle llamándola por su nombre. Eso lo explica casi todo. 



                                          



Garboó Riocía & García Rioboó








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