lunes, 19 de enero de 2015

Pies ¿Para qué os quiero?

A la vista está que una de las cuestiones más difíciles de conseguir en las ciudades es una buena movilidad. Esta cuestión, superada por lo general en los municipios pequeños y que por eso y un montón de otras cosas son tan atractivos, es aún una asignatura pendiente de las colapsadas ciudades.

El sueño dorado de un regidor municipal es "solucionar el tráfico de su ciudad" Sobre esta cuestión esencial hay que hilar muy fino pues lo bueno o malo que se haga alcanza a todos y sus consecuencias se dejan sentir en muchos órdenes de nuestra vida, incluso en nuestra propia salud y en el bienestar personal. Las decisiones en materia de movilidad tienen que ser muy medidas, testadas y, sobre todo, congruentes.

Se suelen acometer largas, molestas y caras obras civiles, establecer zonas con aparcamiento restringido, pago de tasas y un largo etcétera de medidas que donde demuestran mayor eficacia es en su capacidad recaudatoria. Echo en falta otra serie de medidas, de naturaleza distinta a la anterior que pongan más el énfasis en las personas.

El transporte público, según se nos dice, es deficitario. Pero ¿Por qué es deficitario? ¿Es una cuestión de costes o es una cuestión de viajeros? ¿Por qué se actúa sobre el precio si lo que se necesita es conseguir más usuarios? ¿No es una incongruencia subir el precio del bus a quienes ya lo usan?

Hay que atraer nuevos usuarios al transporte público y por supuesto que para ello hay que mejorarlo, pero sin esperar que esa mejora se traduzca en una parada en la puerta de casa, otra en el destino y una frecuencia de paso cada cinco minutos. No nos engañemos, eso es el coche. Vamos a verlo de otra manera y convengamos que uno de los beneficios del transporte público es que te exige caminar hasta y desde la parada.

Partiendo de la base de lo anterior, para atraer nuevos usuarios hay que explorar con cosas nuevas. Estas sobre las que reflexiono yo las incluyo en lo que me permito llamar, seguro que impropiamente, marketing impositivo.

¿Ha probado alguien a compensar la subida anual del impuesto de circulación con un descuento equivalente al adquirir un bono bus? 

Yo usuario de coche, que no de bus, entiendo mejor que suba el impuesto de circulación antes o en mayor medida que el precio del bus y aún lo entendería mejor si con la subida se me ofreciera un descuento equivalente o incluso superior al adquirir un bono bus o abono de transporte.

¿Ha probado alguien que el precio del bono bus fuera deducible en el impuesto de circulación? 

Pienso yo que igual que se "sacude" al que utiliza el coche en la ciudad, por qué no se premia a quien aún teniendo vehículo utiliza el transporte público y estimularle para que mantenga esa conducta.

¿Ha probado alguien a limitar el uso de la zona azul para un mismo vehículo? 

Si siempre que nos desplazamos al centro de las ciudades en coches, aún pagando, encontramos sitio en la zona azul, por qué no limitar el consumo de la zona azul a una determinada cantidad mensual. Es decir, hacerlo de tal modo que ni aún queriendo obtener el ticket se pudiera hacerlo. Ello empujaría a compartir coche, usar bus y, sobre todo, a caminar. Técnicamente sería extremadamente sencillo de llevar a cabo.    

¿Ha probado alguien a combinar el impuesto de circulación con una tarifa plana con el bono bus y un bono de zona azul?

¿Por qué no se suman los taxistas y se intenta crear un bono taxi?

¿Por qué no se introducen en la coctelera el uso de los aparcamientos públicos?  

Y ya en otros ámbitos, además de la fiesta de la bicicleta, del día mundial sin coches... ¿Por qué no se obsequia a todos los niños en educación infantil y primaria con un billete familiar para que hagan un trabajo que requiera un recorrido en bus acompañados de sus padres? 

Y después de todo eso ahora me pregunto yo: Pies ¿Para qué os quiero? ¿Por qué, con lo bueno que es, nos cuesta tanto caminar? 

La movilidad es compleja y nunca debe abordarse por partes pues todo está conectado, quizá lo que ocurre es que falta perspectiva. Denle vueltas, innoven, pongan imaginación, hagan números y a lo mejor nos llevábamos ¡una muy grata sorpresa!

Mejorar la movilidad es un reto para emprendedores. 









Garboó Riocía & García Rioboó