viernes, 29 de marzo de 2013

La tentación de crecer

En  Torrequemada puedes comer un cochinillo que es una auténtica delicia. Teclea en google "cochinillo torrequemada" y podrás comprobar que no exagero. A Torrequemada se llega desde Cáceres en treinta minutos, allí, en la plaza, próximo a la iglesia, donde tendrás que aparcar, se encuentra el restaurante la Plaza, un establecimiento de doble planta, siendo la segunda la que alberga un bonito comedor donde calculo que puedan coincidir hasta ochenta comensales.  

Los dueños atentos y siempre al pie del cañón, la materia prima magnífica, la cocina especializada en el crujiente y dorado tostón que siempre, siempre, te sabrá igual. La  ración generosa, que puedes repetir, se acompaña con riquísimas patatas panaderas y ensalada, buen pan, magnífico postre, vinos para elegir, café y, para quien se atreva, licores. El precio, muy razonable, resguardado de la inflación que acompaña al éxito.

Y todo esto es posible gracias a una iniciativa empresarial que es un ejemplo para emprendedores. Digo esto porque en el párrafo precedente hay implícitas muchas decisiones empresariales, muy inteligentes y muy acertadas y cuando eso ocurre es porque al frente de la misma hay un gran empresario o empresaria. El resultado es una sólida empresa que cuenta con el reconocimiento de sus clientes. En definitiva una gran compañía. 


Yo creo que hay cochinillo de Torrequemada para rato, pero me preocupa que sus propietarios puedan sucumbir a la tentación del crecimiento ¿Habrán asistido a algún seminario sobre crecimiento de empresas? ¿Habrá comido en Torrequemada algún gurú de las franquicias? Me entra sudor solo de pensarlo.


Y es que hay una tendencia natural del empresario a querer hacer grande su compañía. Crecer se asocia a progreso, a fortaleza, a poder y también a audi o bmw, pero cuidado, cuidado con el crecimiento y sobre todo el modo de llevarlo a cabo porque hacer crecer una empresa es un proceso complejo en el que no es difícil cometer errores. 


A veces crecer solo responde a un modo de ser del propio empresario, recordaré aquí aquello de que la empresa es un reflejo del empresario. Ojo con la ansiedad, con el no conformarse, con el querer tener un segundo establecimiento sin gobernar aún el primero.  

El crecimiento tiene que tener un motivo, puede ser un objetivo, también una necesidad. El crecimiento no debe anticiparse, lo contrario es precipitarse y eso ocurre normalmente  porque el empresario no distingue entre hacer negocio y hacer empresa. Para crecer  hay que tener posiciones ganadas, es decir, el riesgo de crecer no debe entrañar más riesgo que perder lo empleado en el salto. Una cosa es un salto y otra cosa es un salto con pirueta y, finalmente, el crecimiento requiere sobre todo reflexión sobre sus consecuencias tanto para la empresa como para el empresario. Crecer implica cambios que afectan a la compañía y también al empresario, de tal modo que pueden suponer sustituir un modelo de gestión,  un modelo de empresa, e incluso a la propia empresa. Para el empresario puede suponer un auténtico cambio de destino ¿Lo quiere así? ¿Está preparado? 

He leído en internet que el producto amparado por la marca garantía "Tostón de Arévalo" produce unas emisiones de gases de efecto invernadero (huella de carbono) de 53,15 Kg CO2e por unidad, considerándose una "huella moderada baja" y un responsable del estudio solemnizaba que debemos estar unidos contra el cambio climático. Crecer tiene estas cosas,  cuando algo se hace grande, aparecen nuevas preocupaciones. 

Hay empresas que no deberían crecer sencillamente porque ya son grandes ¿Por qué complicarse la vida?




Garboo Riocia & García Rioboó  

viernes, 22 de marzo de 2013

El reloj del empresario

¡Enhorabuena! Ya eres un empresario, ya has conseguido materializar tu proyecto, mañana es el gran día, inicias la actividad. Es muy probable que si te preguntaran por cuál va a ser tu primera decisión repasarías las muchas tareas que tienes en mente y elegirías firmar un primer cliente, hacer un acuerdo comercial, reclutar personal...en definitiva, cuestiones estrictamente empresariales. 

Hay algo muy importante que debes hacer, quizás no hayas reparado en ello pero debes tener en cuenta que la empresa será un reflejo tuyo y tú puedes ser reo de tu empresa. Por eso quiero  pedirte que dediques tu primera reflexión,  si no lo has hecho ya, a decidir cómo vas a ser tú. Por favor, hazlo, porque de no hacerlo, ahora que empiezas, es muy probable que no lo hagas nunca,  y evita, es mi consejo, uno de los mayores errores que ya hemos cometido antes otros muchos. Me refiero a "ser muy trabajador". No cometas ese error, no caigas en el tremendo error de dedicarte exclusivamente a trabajar


Si eres muy trabajador dedicarás a esa actividad una media de 55 a 60 horas semanales, seguramente tus vacaciones serán de un par de semanas al año y no disfrutarás del todo pues estarás pendiente del teléfono y del correo electrónico.

Si eres muy trabajador seguramente pensarás que quienes no sigan tu ritmo de trabajo y de dedicación no están a la altura  y serás injusto con ellos.

Si eres muy trabajador seguramente no tendrás ocasión de iniciar nuevos proyectos empresariales porque habrás hecho depender el primero casi exclusivamente de ti y difícilmente podrás sumar más horas de dedicación a uno nuevo, porque sencillamente no las tienes.

Si eres muy trabajador hurtarás tiempo poco a poco, inexorablemente, a tu familia, a la comunidad, a tu descanso, a tu ocio.

Si has empezado a ser muy trabajador, por favor, detente y reflexiona antes de continuar de esta manera. Hay mejores caminos, sin duda, para conseguir tus metas. Quizás esto te ayude:

Ponte un reloj que marque ocho horas y trabaja durante ese horario con concentración e intensidad.

Inculca este proceder con tus colaboradores, con tu equipo, con tu plantilla en general.  


Encuentra cuanto antes tu mano derecha y también cuanto antes tu mano izquierda, delega en tus colaboradores y déjalos crecer. Tu proyecto irá quedando en buenas manos.


Emplea tiempo en confeccionar un buen cuadro de mando y utilízalo con rigor.


Respeta los fines de semana, descansa además un viernes de cada ocho, haz un curso interesante y planifica un viaje de investigación al año.


Libera sucesivamente tiempo y dedícalo, si fuera el caso, a poner en marcha un nuevo proyecto empresarial. 


Disfruta de tus merecidas vacaciones y, por favor, no te preocupes si no te llaman, porque probablemente todo irá bien, cambia de reloj y éste, a diferencia del otro, que no marque las horas y tú, mientras tanto, tan "pancho".






Garboó Riocía & García Rioboó











domingo, 10 de marzo de 2013

El campanu del emprendedor





Estamos en Asturias, en el río Narcea, donde hemos sido invitados para disfrutar la primera jornada de pesca del salmón.  Hemos madrugado y desde el puente en el que nos encontramos observamos a algunos pescadores que hoy intentan capturar el campanu, que es como llaman aquí al primer salmón que es pescado al abrirse la temporada y que luego suele ser subastado entre afamados restauradores que pujan por el pez alcanzando el remate cifras nada desdeñables.

Allí en el puente nos espera Ramón Pymes, un experimentado emprendedor y gran aficionado a la pesca. En esta ocasión Ramón no puede pescar pues se ha lastimado una mano. 


¿Has capturado alguna vez el campanu, Ramón?  

Sí, pero fuera del agua, para mi cada vez que participo en un proyecto empresarial y cuaja es como si hubiera pescado el campanu. El campanu del emprendedor es su proyecto empresarial. 

Me imagino que todos los que salen hoy a pescar lo hacen con la ilusión de que por muchos pescadores que haya, el campanu puede ser suyo.

Si claro, pero, no te creas, puedes tener mucha ilusión, pero eso no es suficiente para pescar el campanu. Hay gente que aunque quiera nunca capturará el campanu.

¿A que te refieres? 

Porque no son pescadores, sólo vienen hoy y la pesca también es exigente, es un proceso y no se aprende a pescar en un día. Con los emprendedores pasa lo mismo.

Pero, a pesar de eso, si tienen suerte, podrían capturar un salmón. 

Ni en broma. Ni unos ni otros

¿Por qué? 

Porque no conocen el río y lo que es peor no conocen al pez. Esto no es cuestión de suerte. Aunque te sueno raro, en el río hay sitios donde solo hay agua. En la empresa pasa lo mismo, el río es el sector y los peces son sus integrantes. ¿Cómo vas a triunfar si no conoces bien el entorno y  a tus clientes? 

Aquel parece que lanza bien.

Si que lo hace sí, tiene un buen equipo pero ahí hay más aparejo que pescador, no dejó nada en la tienda, pero con aquel otro delante, si pesca será un milagro. Aquel otro le va ganando la partida. Vamos al otro puente, allí veremos más y os presentaré a alguien que va a pescar el campanu. Es un buen pescador pero la pesca la deja para otro día porque hoy el río está saturado.

Entonces, ¿Cómo va a pescar el campanu?

Porque de hecho ya lo ha pescado, vuelvo a hablar de emprendedores, mientras todos se meten en el río y se centran en el salmón, él se dio cuenta que el negocio no es el pez y sí todo lo que le rodea. Es un emprendedor que demostró que conoce el sector de la actividad, el mercado y la competencia, es decir, el río, los peces y los otros pescadores. Lanzó el anzuelo y yo piqué. Somos socios y ya está haciendo pruebas con esa cámara especial para...espera, ya capturaron al campanu.


¿Cómo lo sabes? 

Sonó la salva. Tenemos que irnos. 










Garboó Riocía & García Rioboó





  




sábado, 2 de marzo de 2013

Emprender en cultura



Andaba yo preocupado pues llevaba unos días sin ser capaz de escribir en el blog. Para ser más exactos tenía preparado un post pestiño que he decidido dejar en estado de borrador hasta mejor ocasión.  

Ayer el trabajo me llevó a Monfragüe, un auténtico tesoro, y allí esbocé la reflexión que hoy traslado en este post. Ya decíamos que el medio natural hace eficaz y eficiente nuestro pensamiento, activa nuestra capacidad creativa y nos predispone para la reflexión y recibir información. 

La jornada amaneció preciosa en Monfragüe, un día espléndido, un espectáculo. Nos reunió una cita muy importante, pues arrancaba otra edición de la que ya se considera la segunda Feria Internacional de Turismo Ornitológico en Europa.  

Del parque me traje muchas cosas, allí escuché que un conservacionista de verdad es un hombre que sabe que el mundo no es un regalo de sus padres sino un préstamo de sus hijos. Esta maravillosa cita de John James Audubon figura en el muy cuidado programa oficial de la Feria. Las grandes ferias cuidan mucho los detalles y éste, sin duda fue uno. Otro, fue incluir un espectáculo, que yo consideré de bienvenida, en el que dos jóvenes artistas ofrecieron una entrañable representación. Me llamaba poderosamente la atención la felicidad que reflejaban en su cara mientras danzaban, estaban radiantes seguramente por poder hacer algo que les cautiva. Lástima que tengan pocas oportunidades ¿Podrían tener más? Este pensamiento me llevó a querer saber si además de artistas eran emprendedoras y para eso pregunté si el espectáculo fue un encargo o el espectáculo fue ofrecido. Conviene pararse en esto pues es importante, ya que si fue ofrecido significa que habían identificado una oportunidad de negocio y decidido invertir en crear aún a riesgo de no vender. Si tal ocurrió así, si el espectáculo fue al cliente y no al revés, yo animaría a ambas a ser empresarias sin dejar de ser artistas, esto último lo digo pues lo hicieron francamente bien. 


Pero ¿Hay o no hay mercado para ellas? ¿Hay o no hay mercado para otros que como ellas están radiantes cuando tienen la ocasión de compartir su arte? Yo estoy seguro que sí. Basta imaginar que un buen espectáculo de bienvenida se pudiera repetir todas o casi todas las semanas del año, encontrar un lugar dónde se reciba un número importante de visitantes de manera continuada y concentrada y convencer a quien le puede interesar que las personas que recibe se sientan muy bien atendidas y gratamente sorprendidas. ¿Es posible todo eso? Yo estoy seguro que sí.


Si estamos de acuerdo en que las ciudades viajan en el corazón de quienes sintieron algo especial en ellas y que el arte, la cultura, pueden conseguir que eso ocurra ¿Por qué no proponer entonces a un destino turístico que obsequie con un entrañable y o sorprendente espectáculo de  bienvenida a sus miles de turistas, de tal modo que genere en ellos afecto, gratitud y sorpresa en medida suficiente como para que vuelvan o recomienden a terceros que viajen a ese destino?


En Extremadura hay muchos destinos turísticos en los que poder dar la bienvenida a nuestros visitantes. Hagamos que se sientan bien aquí. 

Y ahora, vas a esperar a que te contraten o vas a ser tú quien ofrezca un buen espectáculo. Todo es cuestión de la cultura emprendedora.







Garboo Riocia & García Rioboó