domingo, 7 de julio de 2013

Pacicos de mi vida

“Pacicos de mi vida” es considerado el testamento más breve de España.  En realidad se trataba de una carta de amor que una mujer, Matilde, le escribió a su novio, Pacicos,  en Peñafiel, el 24 de octubre de 1915. Aquellas letras escritas con el corazón de una mujer enamorada, decían lo siguiente:

Pacicos de mi vida: en esta mi primera carta de novios va mi testamento, todo para ti, todo, para que me quieras siempre y no dudes del cariño de tu Matilde.

Desgraciadamente, ella murió poco tiempo después de escribir la carta y Pacicos, su novio o marido, pues esto no se sabe a ciencia cierta, decidió hacer valer sus derechos hereditarios ante los tribunales, enfrentándose a su familia política. El Tribunal Supremo con una conocida sentencia que se dictó el 8 de junio de 1918, consideró que aquella breve carta era un testamento ológrafo que la fallecida siendo mayor de edad, había otorgado a su novio, dejándoselo todo, escrito de puño y letra, fechado y datado; es decir, cumpliendo, por tanto, con todos los requisitos que se exigían para esta disposición de última voluntad.

"El Pacicos de mi vida" es toda una declaración, en este caso de amor, convertida en testamento ológrafo. Las declaraciones de voluntad parecen reservadas para las personas pero y las empresas ¿Se declaran a alguien las empresas? ¿Quién es el "Pacicos" de las empresas?

"Los Pacicos" de las empresas son los clientes y con ellos debe establecerse una relación muy especial que se basa siempre, siempre, en el respeto. Sobre esa base se pueden construir estrategias, enfoques, argumentos y las políticas comerciales, pero sin respeto no hay cliente.

Si la empresa respeta al cliente, éste, aunque deje de serlo, respetará a la empresa. Este detalle es fundamental para entender la diferencia entre que te quiten clientes y perderlos. Lo primero es mérito de quien lo consigue, lo segundo es demérito exclusivo de quien lo provoca.

Emprendedor, empresario, formula tu particular declaración de compromiso, orienta tu organización al cliente, invierte tiempo, recursos e inteligencia para ello y cuídalos mucho porque si no lo haces así, es cuando tendrás que ir preparando el testamento de tu empresa, pero, en tal caso, no habrá nada que heredar porque nada le da más valor a una empresa que sus… Pacicos. 


Garboó Riocía & García Rioboó

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