jueves, 10 de enero de 2013

El ratín de los bancos



Buenos días, mi nombre es Edelmiro soy un emprendedor y dentro de seis meses, según mis previsiones, vendré a pedir a su entidad la financiación para un proyecto empresarial en el que estoy trabajando. ¿Podríamos ayudarnos?

Edelmiro es de los que piensan que el hecho de que la solicitud de la financiación de un proyecto empresarial se ordene en el tiempo al final del proceso no debe impedir acudir al banco al principio, muy al principio. Cree que las entidades financieras pueden ayudar a los emprendedores mucho más de lo que es habitual. Mi parecer es que salvo contadas excepciones las entidades financieras trabajan poco con los emprendedores y además  lo hacen a destiempo, pues su relación se inicia cuando el emprendedor casi ha culminado  buena parte de su itinerario. El resultado es que al  banco le llega una mera solicitud de financiación acompañada con un proyecto (plan de empresa) en el que no ha participado. Esa circunstancia determina que el banco sea un sujeto pasivo y actúe como un tribunal examinador, es decir aprueba o suspende opositores pero no ha hecho nada para influir en su formación, con lo cual pierde el negocio.

Pues bien, si resulta que el emprendedor y el banco están interesados en lo mismo y el banco puede hacer que el emprendedor adquiera lo que ambos necesitan para que tal sea posible ¿Por qué se empeñan uno y otro en conocerse el día del examen? ¿Por qué sólo se dedican un ratín? Menudo desperdicio.

Esto nos tiene que llevar a que aquello del fomento del espíritu emprendedor debe ampliar su público objetivo e incluir a los bancos para que no despachen a los emprendedores con marketing. Quizás fuera un acierto celebrar jornadas o desayunos de trabajo entre técnicos gestores de entidades financieras y agentes de desarrollo local.

Otra manera de ayudar al emprendedor sería calificar el acompañamiento de las entidades financieras  creando un RATING al efecto. Para otorgar esa calificación se podrían analizar aspectos tales como:
  • El número de proyectos que fueron acompañados y dentro de esa cifra el número de ellos que obtuvieron financiación. 
  • El volumen de financiación concedido a nuevos proyectos empresariales.
  • La co - participación en proyectos mediante fórmulas como el crédito participativo.
  • La constitución de fondos de inversión para proyectos locales.
  • La dedicación de recursos humanos especializados.
  • Programas de apoyo a los emprendedores (R.S.C) 
  • La colaboración con los servicios de acompañamiento públicos a los emprendedores.
  • Los programas formativos alternativos.
Una buena consideración individual y global de esos parámetros otorgaría la calificación más alta, la AME+ que significa  APOYO MÁXIMO A LOS EMPRENDEDORES. 

En el extremo opuesto, las entidades cuyo acompañamiento se considera basura serían acreedoras de la calificación   + EME que preferimos no traducir.

Y es que dedicar sólo un ratín a los emprendedores tiene estas cosas.




 Garboó Riocía & García Rioboó










No hay comentarios: