jueves, 30 de mayo de 2013

Proyectos gran reserva



Hace años conversaba con un buen amigo sobre el cierre de wall street. No, no me refiero a la bolsa neoyorquina, sino a una franquicia cuyo objeto era la enseñanza del idioma inglés. A mi, el cierre mi pilló mediado el curso que había contratado y más que por el dinero perdido lo sentí porque era la primera vez que había iniciado un curso de inglés y no lo había abandonado. En este caso fue el curso el que me abandonó a mi y allí quedó mi nivel de principiante y así sigue. De esto hará,  fácil, diez años. 


Recuerdo que en aquella conversación mi amigo, no sin cierta solemnidad, me dijo: 

Esto del inglés tiene que poder hacerse de otra forma. 

Diré que veo con frecuencia a este buen amigo que también tiene la suerte de vivir en Cáceres, pero no recuerdo haber vuelto a hablar con él de aquel tema. Hace poco más de un mes recibí un correo suyo en el que escribía:

Ya lo tengo.
Un abrazo.

Mi correo de respuesta fue un lacónico: 

Tienes ¿Qué?
Otro.

Y al mío le sucedió un emocionado:

Lo del inglés ¿Te acuerdas? Te dije que podía hacerse de otra forma y efectivamente se puede. Me ha llevado un tiempo pero se puede. ¿Quieres invertir en el proyecto?

Los proyectos, dice él,  como el buen vino, necesitan tiempo y cuidado. 

Después de conocerlo, creo que ha merecido la pena esperar. 
Será un gran reserva.  




Garboó Riocía & García Rioboó   

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